viernes, 7 de diciembre de 2012

Uso de la mujer como elemento terapéutico

   La medicina andalusí se preocupó de la conservación de la salud. Una de las " seis cosas no naturales " imprescindibles para el cuidado del cuerpo era el mantenimiento de relaciones sexuales. En la Granada nazarí del siglo XIV se encuentra un texto , el kitab al-wusul li-hifz al- sihha fil l-fusul o " libro de higiene ", obra del célebre IBN AL-JATIB dedicada a prescribir las normas adecuadas para mantener una vida sana. Por supuesto, Ibn al-jatib se ocupa extensamente del coito como una de las necesidades humanas, pero en su análisis diferencia las cuatro estaciones del año y la complexión de los sujetos como factores determinantes del tipo de prácticas sexuales apropiadas a cada persona en cada época. Ello incluirá el uso, por parte del varón, de mujeres también muy determinadas según su complexión, edad, raza y carácter en cada estación del año. de la lectura atenta de las prescripciones médicas del ministro granadino se puede inferir que realmente todas las mujeres eran aptas para yacer con ellas aunque no siempre, ni con cualquier hombre. Así pues, un varón, por prescripción médica, tenía que mantener relaciones sexuales con diferentes tipos de mujeres durante el año. Esta clase de "cuidados " presuponía la existencia de un pequeño harán y que el público al que iba destinado el  " libro de higiene " de IBN AL-JATIB tenía que pertenecer a la aristocracia.

MUJERES JÓVENES Y DELGADAS.
 
   Las muchachas eran recomendables a los hombres de complexión equilibrada en primavera. También en primavera resultaban aconsejables a los hombres sanguíneos, especificando que sus parejas habían de ser de pocas carnes y deben yacer con ellas en lechos bañados por la luz de la luna donde el agua corriera en sus inmediaciones. Este mismo tipo de hombre también utilizaría muchachas proporcionadas en otoño. Las muchachas equilibradas eran las apropiadas para los flemáticos en verano teniendo que yacer con ellas sobre lechos de algodón y lino. Por último, las jóvenes vírgenes se recetaban para los flemáticos en invierno.

MUJERES JÓVENES DE ASPECTO ANDRÓGINO.

   En esta categoría se englobaban las muchachas que por su extrema juventud aún no presentaban rasgos femeninos muy marcados aunque, eso sí, debían tener los senos bien formados. IBN AL-JATIB se refiere a ellas como " mujeres parecidas a muchachos ". Eran recetables en invierno a los hombres de complexión equilibrada, a los sanguíneos y a los de complexión biliar. Es probable que este tipo de adolescentes se usara para combatir la homosexualidad masculina evitando la tentación de mantener relaciones con muchachos por parte de los señores. Según el Islam el pecado de sodomía es uno de los más repugnantes que se pueden cometer. El coito con muchachas de aspecto varonil podía ser una excelente solución para los hombres más piadosos atraídos por su mismo sexo.

MUJERES GRUESAS

   Su empleo era apropiado para hombres de complexión equilibrada en verano. Estas mujeres debían ser de  " formas opulentas, gruesas y lozanas " y así mismo, eran apropiadas para los hombres flemáticos en otoño. En las obras médicas consultadas se encuentra una receta para engordar a las mujeres : se cuece alharma con trigo hasta que queden integrados y se alimenta con la masa una gallina hasta que engorde. Después se mata el animal y la mujer que deseara engordar sólo comería de esa gallina durante varios días.

MUJERES DE RAZA NEGRA.

   Eran esclavas procedentes sobre todo de Nubia. Según ibn al-Jatib resultaban convenientes a los flemáticos en invierno y en primavera.

MUJERES DE CARÁCTER DULCE Y DE MAL CARÁCTER.

   Aunque las primeras podrían parecer apropiadas para todo tipo de hombre, IBN AL-JATIB las recomienda a los hombres de complexión equilibrada en primavera:
   " Se yacerá con muchachas equilibradas de costumbres tiernas y moderadas, que suministran cariño y placer en su justa proporción "
   Los varones, en los que predomine la bilis negra, debían cohabitar con mujeres dulces de complexión húmeda cuando éstas hubieran salido del baño. Como el régimen de los ancianos era semejante a los de bilis negra, también era recomendable este tipo de mujer para ellos.
   Sólo hay una referencia a mujeres "irascibles " en toda la obra de Ibn al-Jatib pero resulta bastante curiosa como contrapunto a las mujeres de carácter dulce. Por prescripción facultativa, debían yacer con ellas los hombres flemáticos en primavera.