Un musulmán creyente y una manzana
- Autor: Abdelah -
Un día un musulmán pasó cerca de una finca, encontró en el suelo una manzana, y sin darse cuenta se la comió porque estaba hambriento y es que hacía días que no comía.
Después de comerse la manzana se dio cuenta de lo que había hecho, y sin pensarlo fue en la búsqueda del dueño de la finca, para pedirle perdón por la manzana que había comido sin querer.
Sabía que la manzana no era suya, por ser de justicia era necesario pedir perdón al dueño de la misma.
Al llegar a la puerta de la finca, preguntó por el dueño de la misma, le dijeron que estaba de viaje, y que si quería encontrarlo debía recorrer una distancia de dos días.
Y así hizo, fue en la búsqueda del dueño de esa finca, arrepentido por lo que había hecho, fue en su búsqueda y es que necesitaba el perdón del dueño de la finca por lo que había hecho.
Tardó días en encontrarlo, y al encontrarlo le dijo…:
Musulmán: "Salam Aleikum".
Dueño de la Finca: "¿Qué te trae hasta aquí, hermano?"
Musulmán: "He venido desde tu pueblo, y es que sin querer estaba hambriento y encontré una manzana en tu finca y me la comí. Y he venido hasta aquí buscándote para que así me perdones por la manzana que injustamente comí. Si puedo hacer algo para que me perdones."
El Dueño de la Finca, al oír la historia, se quedó sorprendido, veía que era algo inusual, se dio cuenta de que era un Musulmán Creyente con mucha Fe (Imán) a lo que le respondió: “Si, para que yo te perdone debes hacer una cosa”
Musulmán: “Haré lo que pidas, para que así Allah me perdone por lo que hice”
Dueño de la Finca: “Para que te perdone has de Desposar a mi Hija”.
Musulmán, sorprendido “Por una manzana tengo que casarme con tu hija” Se acordó que había cometido un pecado y había que remendar lo hecho. Después de pensarlo mucho le dijo que sí aceptaba casarse con su hija.
Dueño de la Finca: “Has de saber que mi hija ni oye, ni ve ni anda”.
Musulmán: “¿Tu hija no ve ni anda ni oye?”
Musulmán: "¿Qué mujer es esa?
Dueño de la Finca: “Si, todo eso que oíste es verdad: si quieres que te perdone tienes que casarte con mi hija”.
Musulmán: (pensando primeramente en expiar su pecado, y de agradar a Allah, asintió aceptando desposar a la mujer) Le dijo, “Esta bien, acepto a tu hija para desposarla”
Después de casados, este musulmán entró en la habitación conyugal y le dijo a su mujer (hija del dueño de la finca): "Salam Aleikum"
Y la Mujer respondió: "Aleikum Salam"
El Musulmán, sorprendido, dijo: "Me has oído!!!, tu padre me dijo que no oías."
Mujer: "Solo oigo las buenas palabras, los hadices, y el Corán."
Musulmán: "También ves!!!. Tu padre me dijo que no veías."
Mujer: "Solo miro lo que Allah ha prescrito que vea, lo prohibido no."
Musulmán: "También andas. Tu padre me dijo que no andabas."
Mujer: "Solo me encamino a donde Allah le gusta y donde ha recomendado."
Este musulmán al ver el rostro de su mujer se quedó perplejo, no sabía que decir... porque nunca había visto a una mujer con tanta belleza.
Entonces se dio cuenta que Allah le puso de prueba la manzana, y al superar la Prueba de la Manzana , la prueba de su Imán referente a la petición del perdón al dueño de la finca, Allah le recompensó en este mundo con la mujer más hermosa, piadosa y creyente que en esta región existía.
De esta historia verídica que nos servirá de ejemplo, extraemos que a veces si cumplimos con nuestros mandamientos como musulmán, Allah nos puede recompensar como con gestos tan simples como pedir perdón por alguna falta, como es el caso de la manzana, con algo tan grande y maravilloso como fue en este caso la Mujer más piadosa que existía en esa región.