martes, 2 de diciembre de 2014

Boabdil y Moraima.

Abû ʿAbd Al·lâh «az-Zughbî» Mohammed ben Abî al-Hasan ʿAlî (أبو عبد الله محمد ابن علي) (Granada, 1459 – Fez, 1533) fue el último rey de Granada, conocido como Muhámmad XII (quizás fue el undécimo sultán que llevaba el nombre de Muhámmad, y no el duodécimo, como gracias a la Yunna de Ibn ʿĀṣim podemos deducir ahora), miembro de la dinastía nazarí, llamado por los cristianos Boabdil o Boabdil el Chico y conocido popularmente en su tiempo con el sobrenombre الزغابي Al-Zugabi, "el Desdichado". Fue llamado por los castellanos y aragoneses "el Chico" no por su tamaño sino por su menor edad comparado con su padre y tío. Abú Abdil·lah en dialecto árabe granadino.
Quitó el trono a su padre, Muley Hacén y durante un tiempo estuvo en disputa por éste tanto con él, como con su tío, el Zagal. Abu 'Abd Allāh, en el habla granadina, debía pronunciarse como Bu Abdal-lah o Bu Abdil-lah, y de ahí el nombre castellano Boabdil, a quien se añadió el epíteto de "el Chico" para distinguirlo de su tío Abu 'Abd Allāh "el Viejo".
Biografía
Nacido en la Alhambra, hijo de Muley Hacén y la sultana Aixa, se sublevó en Guadix contra su padre en 1482 y accedió al trono gracias al apoyo de los Abencerrajes y de su propia madre. Combatió a su padre y su tío, quienes también se consideraban legítimos reyes de Granada.
Durante la batalla de Martín González, en el término municipal de Lucena, fue apresado por los Reyes Católicos. Su liberación implicó dar a Castilla la parte del reino que gobernaba el Zagal, lo que favoreció la penetración castellana y la finalización de la guerra el 2 de enero de 1492 con la toma de Granada por los Reyes Católicos. Boabdil se aseguró la colaboración de las tropas castellanas en su exilio a Fez en 1493 ante la posibilidad de una rebelión del bando opuesto.
En 1492, los Reyes Católicos entran en Granada como castigo por la negativa de este reino a pagar los tributos que le exigen. En la Capitulación de Granada se establece que Boabdil ostentará el señorío de las Alpujarras y parte a Laujar de Andarax, donde establecerá su residencia.
Según una extendida leyenda española cuya veracidad no está atestiguada por ninguna documentación, al salir de Granada camino de su exilio en las Alpujarras, cuando coronaba un collado, volvió la cabeza para ver su ciudad por última vez y lloró, escuchando de su madre la sultana Aixa:
«Llora como una mujer lo que no supiste defender como hombre»
Sultana Aixa, madre de Boabdil.

Debido a esto ese monte recibe el nombre del Suspiro del moro. Esta leyenda parte de la imaginación del padre Echevarría que en el siglo XVIII publica el libro Los Paseos de Granada en los que pretende denigrar la figura de Boabdil.
En su exilio alpujarreño, se instaló en la población almeriense de Laujar de Andarax siendo ésta su última residencia en la península ibérica. En Laujar, en 1493 falleció la última sultana de Granada, Morayma, esposa de Boabdil. En 1493 abandona la península con destino a Fez tras vender a los Reyes Católicos los derechos de su señorío y recoger los restos de sus antepasados en Mondújar, junto a Talará (Granada).

Semblanza
Julio Quesada-Cañaveral, VIII Duque de San Pedro de Galatino, en su Tesis Doctoral sobre Boabdil, lo describe así:
Boabdil era rubio, de mediana estatura, más bien alto y esbelto, de ojos claros de luz, tez pálida y semblante tranquilo. Su porte era majestuoso, y en los momentos más difíciles, demostró siempre su valeroso corazón y su arrogancia de raza. Fue bravo en las batallas, y aunque herido su cuerpo, como en la batalla de Loja, siempre conservó su dignidad de rey, su dignidad de raza y su dignidad de hombre de corazón, a pesar de tantas y tantas amarguras como tuvo que sufrir constantemente su espíritu y su voluntad.
La tradición en cambio le ha conferido un aspecto moreno de piel y pelo, tanto en la pintura como en el cine, como en la obra La rendición de Granada de Francisco Pradilla. Sin embargo, el caso más llamativo se da en la serie televisiva Requiem por Granada, en la que un Boabdil niño le comenta a su abuelo su impresión sobre Isabel la Católica: "demasiado blanca, y esos ojos tan azules, y el pelo amarillo... aquí haría raro, allí queda bien".

Morayma (Loja, 1467- Laujar de Andarax, 1493), última reina de Granada, esposa de Boabdil.
Familia
Fue la hija de Aliatar, señor de Xagra, alcaide de Loja, primer mayordomo de la Alhambra y alguacil mayor del Reino de Granada.
Descripción física
Los cronistas de la época la describían de la siguiente manera:
...la novia vestía saya y chal de paño negro y una toca blanca que casi le ocultaba el rostro, lástima, porque sus facciones son muy lindas y seductoras.
Un poeta musulmán asegura que Morayma tenía: Ojos grandes y expresivos en un rostro admirable, a través de las tupidas ropas adivinábanse unos hombros, unos brazos, unas caderas y un talle de clásicos y opulentos contornos.
Matrimonio
A los 15 años de edad contrajo matrimonio con Abū ʿAbd Allāh Muḥammad b. ʿAlī, conocido como Boabdil, el último rey de la dinastía nazarí que gobernó Granada.
Pocos días después de la boda, Muley Hacén, su suegro, encarceló a su hijo Boabdil y a ella la confinó en un carmen (en Granada una casa con huerto y jardín), cerca de Cuesta del Chapiz.
Después de la batalla de Lucena, donde murió su padre y Boabdil cayó prisionero y fue mantenido en cautiverio en Porcuna, se retiró de la vida pública con sus hijos. Fernando II de Aragón liberó a Boabdil, que tuvo bien ganado el mote de الزغابي Al-Zugabi, "el Desdichado", con la condición de que sus hijos fueran entregados en custodia.
Ella no volvió a ver a sus hijos hasta 1492 después de la conquista de Granada. Ellos eran:
-Aixa después conocida como Sor Isabel de Granada.
-Ahmed
-Yusef
Tesoro de Morayma
«El tesoro de la casa o palacio Nazarita era copioso en toda suerte de preciosos rubíes, perlas de gran tamaño, zomordas singularísimas, turquesas de gran valor, toda suerte de adargas preservativas, equipos militares defensivos, instrumentos primorosos, utensilios peregrinos, collares de perlas en pedazos, sartales de aljófares para los cabellos, arracadas que aventajaban a las alcordes o pendientes de María (la Copta, concubina de Mahoma) en claridad, brillantez y hermosura, corazas holgadas de vestir, adornadas de oro, casco con orlas doradas, incrustadas de perlas intercaladas de esmeraldas con rubíes en el centro; cinturones plateados, anchos de formas y esmaltados en su superficie; adargas de ante, sólidas, sin poros, dulces al tacto y renombradas por su impermeabilidad; almimbares de abalorio; atailores de Damasco, cuentas de cristal, zafas de la China, copas grandes del Irac, vasos de Tabaxis y otras».
Destierro
A la caída de Granada, le fue ofrecido a su esposo un refugio en Laujar de Andarax, como rey de Alpujarra, allí residieron hasta su marcha hacia Fez, a finales del verano de 1493.
Muerte
Falleció poco antes de que el resto de su familia partiera hacia Fez y fue enterrada en la mezquita de Mondújar, a la que ya habían trasladado, desde la Alhambra, los restos de los sultanes Mohammad II, Yusef I, Yusef III y Abu Saad.
Cuando murió Morayma, según la costumbre musulmana, sus sirvientes lavaron su cuerpo y lo perfumaron con almizcle, alcanfor y otras sustancias aromáticas. Inmediatamente después, el cadáver fue envuelto en un sudario de color blanco sin coser ni en la cabeza ni en los pies. Tras este rito, Morayma fue colocada sobre unas parihuelas, cubierta con su hhaik (vestido). Un grupo de cuatro o cinco hombres, los de más confianza de Boabdil, portaron el cadáver junto a otro numeroso grupo de personas, se trataba del entierro de la reina, la última reina de Granada y única reina de la Alpujarra.
Llegados al cementerio y después de una breve oración, el cadáver fue colocado en la huesa sin ataúd. La inhumación de Morayma se realizó en una fosa estrecha donde el cadáver se colocó sobre la tierra mirando hacia La Meca. De esta forma, quedaba cumplido el deseo de Morayma de ser enterrada en Mondújar y con un estricto rito musulmán, ya que en vida y en su testamento dejó clara su profunda religiosidad.
Una vez depositado el cuerpo en su tumba, se colocó una laja de piedra y se construyó un túmulo de tierra formada por gradas de mortero o sillares de arenisca sobre la que reposaba una lápida.
Se supone que los restos de Morayma, así como los de algunos reyes y otros miembros de la familia real nazarita, fueron removidos y desperdigados al construir una variante de la carretera N-323, bajo la cual habrían quedado sepultados.
Testamento
Morayma dejó parte de sus tierras a Hamet Aziguy, Helil Açogayar y Mahomat Almeyres para que la cuidaran y labraran. También dejó dicho que la mitad de lo obtenido por el cultivo de las tierras lo entregaran a la mezquita, al alfaquí y a sus mayordomos.
Pidió que se rezara dos veces por semana sobre su tumba.