miércoles, 27 de junio de 2012

Yusuf al-Fihri... Ultimo vali de al-Andalus.

Yusuf al-Fihri, Valí de al-Andalus (747-756).

Último de los valíes de al-Andalus nacido en fecha desconocida y muerto aproximadamente el 759 o en el 760. Yusuf al-Fihri llegó al poder en el año 747 tras suceder en el cargo a Abd al-Rahman ibn Kabir al-Lahmi finalizando su gobierno a la llegada al poder del primer emir independiente de Al-andalus, Abd al-Rahman I en el año 756.
Tras la muerte de Tuwaba ibn Salama al-Yudami en el año 746, se inició un periodo de luchas intestinas por el poder dentro de al-Andalus, la llegada al gobierno por Abd al-Rahman ibn Kabir al-Lahmi ese mismo año, parece que calmó los ánimos pero la estabilidad no duró mucho ya que en el 747 este finalizó su gobierno. El control de la situación lo tomó entonces un oficial qaysí llamado al-Sumayl, éste con demasiada vista política para proclamarse gobernador, decidió buscar a un hombre al que poder manejar y ejercer así el poder desde la sombra, tras descartar a varios candidatos, al-Sumayl eligió a Yusuf al-Fhiri, este era perfecto para sus propósitos, ya que pertenecía a una familia noble, descendiente directo de Uqba ibn al-Hayyay; que además tenía una avanzada edad. Por tanto la llegada al poder de Yusuf al-Fhiri nada tuvo que ver el califa de Damasco, el cual se encontraba en una situación muy delicada, puesto que su poder era amenazado por la familia de los abasíes.

Durante los primeros años de Yusuf al-Fhiri en el poder, al-Sumayl practicó una política claramente beneficiosa para los qaysíes a costa de los kalbíes y yemeníes, por lo que se suceden los altercados entre estos tres grupos árabes; hay que recordar que los enfrentamientos entre las distintas familias árabes se remontan a las épocas de Mahoma, ya que sus disputas por el control del poder provocaron multitud de enfrentamientos y roces entre ellos. Durante los años que duró la conquista parece que las diferencias se mitigaron un poco, pero al iniciarse los repartos de las nuevas posesiones volvieron a aparecer.

Pronto aparecieron los problemas para Yusuf al-Fhiri en el gobierno, el mismo año de su llegada al poder tuvo que hacer frente a la sublevación de Yahya ibn Hurayth, éste que había sido candidato a ocupar el puesto de gobernador en compensación por no haber conseguido el gobierno de al-Andalus obtuvo el gobierno de Reyyo, pero meses después, fue depuesto de forma arbitraria por al-Sumayl sin recibir ningún tipo de compensación, por este motivo se alzo contra el nuevo gobernador y su consejero. En todo momento Yusuf tomó el control de la situación, logró parar la sublevación en la batalla de Secunda y mandó ejecutar a Yahya ibn Hurayth. Fue precisamente esta victoria la que impulsó al gobernador a sacudirse del control de al-Sumayl, de este modo le ofreció el gobierno de Zaragoza para que este se alejara de su corte, en contra de lo que se pudiera esperar al-Sumayl aceptó y llegó a su nueva residencia en el año 750. Una vez en Zaragoza al-Sumayl tuvo que hacer frente a una gran hambruna, provocada por una sequía de varios años, que intentó mitigar por todos los medios, llegando incluso a poner dinero de su tesoro particular para socorrer a sus súbditos que se encontraban en unas condiciones miserables, sin hacer ningún tipo de distinción ayudó a bereberes y a árabes de familias rivales.


Durante tres años la situación permaneció en calma, pero una vez más los conflictos entre árabes volvieron a aparecer ya que los yemeníes, la mayoría de los árabes de la península, se mostraron descontentos por su poca participación en el poder; por tanto acudieron a desalojar a al-Sumayl de Zaragoza. Por su parte los qaysíes, a los que pertenecían Yusuf y al-Sumayl, empezaban a estar cansados de la manera de gobernar de estos y de cómo llevaban la administración del país. De este modo dos jefes qaysíes, Amir ibn Asur y al-Hubab ibn Rawaha, intentaron hacer frente al gobernador de la península solicitando el apoyo tanto de yemeníes como de bereberes, para justificar su acción tomaron como pretexto que Yusuf no había sido confirmado por el califa omeya de Damasco como gobernador y por tanto no estaba ocupando de forma legítima el poder. Al poco ésta coalición marchó en contra de al-Sumayl, la situación de éste se hizo desesperada y no le quedó más remedio que pedir la ayuda de Córdoba. Yusuf a pesar de no tener muchos partidarios logró reclutar un ejército en Toledo y se dispuso entonces a ayudar a su antiguo consejero, esta ayuda fue efectiva.

Hay que destacar la aparición de un nuevo grupo en al-Andalus, se trataba de un importante contingente de mawlas omeyas, que habían llegado a la península con el fin de entablar negociaciones con Yusuf, para que éste permitiera el paso a Abd al-Rahman ibn Muawiya. Por tanto apoyaron a Yusuf en su ayuda al gobernador de Zaragoza para ganarse el favor de ambos.

Yusuf sólo realizó una expedición en contra de los cristianos, dirigió sus ataques en contra de Galicia que se había independizado de su control, así en el año 755 organizó una expedición que no tuvo ningún beneficio para él. El motivo que la provocó fue la gran hambruna que asoló la zona y que produjo la marcha de los bereberes que la poblaban hacia sus antiguas tierras en el norte de África. Alfonso Iaprovechó la situación para ocupar, casi sin recibir resistencia, las plazas de Lugo, Tuy, Oporto, Braga, Astorga, León, Amaya, Zamora, Simancas, Osma, Salamanca, Ávila, Segovia y Sepulveda. Yusuf más preocupado por las luchas internas de al-Andalus que por las pérdidas territoriales, aceptó el gobierno de estas zonas por parte del rey cristiano, ya que por un lado no suponían un peligro para él, debido a que estas zonas no podían ser repobladas por los súbditos de Alfonso I; y por otro, Yusuf era consciente de que él tampoco podía ocupar Galicia eficazmente a su marcha. Por tanto nos encontramos con el nacimiento de dos fronteras separadas por una tierra de nadie, abierta a las correrías y a las pequeñas escaramuzas entre cristianos y musulmanes.

Recuperada la calma tras el conflicto que casi derrocó a al-Sumayl del poder, los mawlas omeyas entablaron negociaciones con él para preparar la entrada de Abd al-Rahman I a la península. Al-Sumayl en un principio aceptó la llegada del último de los omeyas, pero se desdijo casi inmediatamente, ya que la llegada de éste podía lesionar gravemente los intereses de los árabes en la península. Inmediatamente después de comunicar su decisión partió hacía Córdoba donde preparó con Yusuf la eliminación total de los pequeños focos que aún permanecían sublevados en su territorio. La reacción de los mawlas no se hizo esperar y se aliaron con los mayores enemigos del los qaysies, los yemeníes, que casi inmediatamente aceptaron la propuesta y facilitaron la entrada de Abd al-Rahman, el cual llegó a Almuñecar el catorce de agosto del año 755. Yusuf, aconsejado por al-Sumayl, decidió atacar a Abd al-Rahman y a sus aliados. Tras largas deliberaciones decidió que el enfrentamiento tendría lugar en la serranía de Málaga, pero el mal tiempo y la falta de entusiasmo de sus soldados, que no veían con buenos ojos el ataque, obligaron a Yusuf a negociar. Así una delegación salió para Torrox, encargada de transmitir a Abd al-Rahman que Yusuf deseaba mantener buenas relaciones con él, pero no podía tolerar las pretensiones de éste de ocupar el poder, llegó a ofrecerle como compensación la mano de su hija, pero esta tentativa falló en el invierno del año 756.

Abd al-Rahman disponía de abundantes tropas ya que en su ejército no sólo contaba con los contingentes yemeníes, parte de los bereberes de Andalucía se unieron a su causa y poco a poco comenzó a avanzar, a su paso por Archidona fue declarado emir, instalándose en Sevilla en marzo del 756. Yusuf ante el cáliz que tomaban los acontecimientos decidió atacar por sorpresa Sevilla, ignorante de que Abd al-Rahman se dirigía a Córdoba, ambos se encontraron en el camino pero cada uno en una margen del río Guadalquivir, esto provocó el regreso de Yusuf, pero no el de Abd al-Rahman que continuó su camino hasta las puertas de la ciudad. Abd al-Rahman para entrar en Córdoba engañó a Yusuf, afirmando que quería negociar pero lo que hizo fue tomar al asalto la ciudad, aunque no permitió que los yemeníes iniciaran el saqueo.
Tras la caída de Córdoba Yusuf marchó a Toledo y al-Sumayl partió hacía Jaén con la intención de levantar a los qaysíes de la zona. Reunido el ejército ambos marcharon hacía Córdoba y atacaron a Abd al-Rahman, que logró defender la ciudad. El 15 de mayo del año 756 las tropas de Yusuf fueron derrotadas en la famosa batalla de Alameda, tras lo cual, tanto el ejército del antiguo gobernador de al-Andalus como el de su aliado, fueron disueltos, y sin nada que hacer ambos solicitaron la amnistía que fue concedida por Abd al-Rahman. Yusuf reconoció como sucesor a Abd al-Rahman, con lo que se puede dar por iniciado el Emirato independiente de Córdoba.
Yusuf y al-Sumayl pasaron a formar parte de la corte de Abd al-Rahman en Córdoba y fueron tratados con toda consideración por parte del emir.
En el año 759 0 760 Yusuf escapó de Córdoba y se declaró una vez más en contra de Abd al-Rahman, reclutó un ejército en Mérida y pasó a la acción. La lealtad de los gobernadores de Sevilla y Morón impidieron que Yusuf atacase a la capital del emirato, tras la derrota este huyó a Toledo donde residió durante varios meses hasta que sus propios partidarios le asesinaron y enviaron su cabeza a Abd al-Rahman. Por lo que respecta a al-Sumayl, tras la muerte de Yusuf fue encarcelado y murió poco tiempo después estrangulado.