viernes, 20 de septiembre de 2013

La poesía andaluza. Cantos de amor.


Una idea que se repite a menudo en la poesía de aquella época es la de que dos amantes se ven mutuamente en sueños durante la ausencia, y así hallan algún consuelo en su aflicción.

Ibn Jafaja (1058-1138) canta:
Envuelta en el denso velo
de la tenebrosa noche,
vino en sueños a buscarme
la gacela de los bosques.

Vi el rubor que en sus mejillas
celeste púrpura pone,
besé sus negros cabellos,
que por la espalda descoge,
y el vino aromoso y puro
de nuestros dulces amores,
como en limpio, intacto cáliz,
bebí en sus labios entonces.

En perlas vertió el rocío,
que de las sedientas flores
el lindo seno entreabierto
ansiosamente recoge;
Rosas y jazmines daban
en pago ricos olores.
Mas para ti y para mí,
¡oh gacela de los montes!,
¿qué más rocío que el llanto
que de nuestros ojos corre?

El poeta Ibn Darray (958-1030) expresa el mismo pensamiento más sencillamente:
Si en los jardines que habita
me impiden ver a mi dueño,
en los jardines del sueño
nos daremos una cita.

Muchas de las poesías eróticas de los andalusíes son más bien la expresión inmediata del sentimiento, un ingenioso juego de palabras y una multitud de imágenes acumuladas por la fantasía y el entendimiento reflexivo. A esta clase pertenecen las composiciones que voy a citar.






Del poeta Ibn Baqi (m. 1145):
Cuando el manto de la noche
se extiende sobre la tierra,
del más oloroso vino
brindo una copa a mi bella.
Como talabarte cae
sobre mí su cabellera,
y como el guerrero toma
la limpia espada en la diestra,
enlazo yo su garganta,
que a la del cisne asemeja.
Pero al ver que ya reclina,
fatigada, la cabeza,
suavemente separo
el brazo con que me estrecha,
y pongo sobre mi pecho
su sien, para que allí duerma.
¡Ay! El corazón dichoso
me late con mucha fuerza.
¡Cuán intranquila almohada!
No podrá dormir en ella.

De Umayya Ibn Abu-as-Salt (m. 1064), A una bella escanciadora:
Más que el vino que escancia,
vierte rica fragancia
la bella escanciadora,
y más que el vino brilla en su tersa mejilla
el carmín de la aurora.
Pica, es dulce y agrada
más que el vino su beso
y el vino y su mirada
hacen perder el seso.

Blog EL RINCON DE MIS DESVARIOS.

IBN AL-SABUNI (Sevilla, apróx 1169 - 1236).
 REGALANDO UN ESPEJO
Te envío un espejo precioso: haz surgir en su alto horizonte tu rostro,
luna de buen agüero.
Así apreciarás con justeza tu hermosura y disculparás la pasión
que me consume.
¡Ay, con ser furtiva, tu imagen es más accesible que tú, más benévola
y mejor cumplidora de promesas!


 IBRAHIM IBN UTMAN  (Córdoba, S. XII). Alfaquí y poeta.    
 DISCULPA
No me tachéis de inconsecuente porque mi corazón haya sido apresado
por una voz que canta:
Hay que estar serio unas veces y otras dejarse emocionar:
como la madera,
de la que sale lo mismo el arco del guerrero que el laúd del cantor.


ABU BAKR AL-TURTUSI 
  (1059 - 1126). Hay muy pocas referencias a este poeta.
      AUSENCIA
Sin cesar recorro con mis ojos los cielos,
por si viese la estrella que tú estás contemplando.
Pregunto a los viajeros de todas las tierras,
por si encontrara alguno que hubiese aspirado tu fragancia.
Cuando los vientos soplan, hago que me den en el rostro,
por si la brisa me trajese tus nuevas.
Voy errante por los caminos, sin meta ni rumbo:
tal vez una canción me recuerde tu nombre.
Miro furtivamente, sin necesidad, a cuantos me encuentro,
por si atisbara un rasgo de tu hermosura.