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jueves, 3 de mayo de 2012

CALIFATO DE CORDOBA ( 1 )



El califato de Córdoba fue la etapa más brillante de la historia hispanomusulmana. Proclamado en el año 929 por el emir Abderramán III, desapareció en 1031, cuando se disolvió al término de una serie de graves querellas intestinas. Califato se refiere al hecho de que el máximo dirigente de Al-Andalus, reunía en su persona los mayores poderes, tanto en el orden temporal como en el espiritual.

Abderramán III ocupaba el cargo de emir desde el inicio, una especie de gobernador general. Pertenecía a la familia de los omeyas, que había ostentado el califato en el ámbito internacional del islam hasta mediados del siglo VIII, momento en que los abasies arrebataron la dignidad califal a los omeyas, a quienes casi exterminaron.

LOS CALIFAS ANDALUSIES.

Abderramán III había logrado reducir, en sus primerso años de emirato, las graves tensiones internas que agitaban la vida en el reino desde las últimas décadas del siglo IX. Su proeza más glorisosa fue,, en 928, la toma de la plaza alpujarreña de bobastro, centro del poder del peligroso rebelde Umar ibn Hafsun, un muladí ( musulmán descendiente de cristianos ) levantado contra la autoridad central de Córdoba desde la década de 880.

Por otra parte, el joven emir veía con alarma la amenaza que suponía la expansión por el norte de Africa de los fatimíes, una secta musulmana surgida en Kairuán que reinvidicaba la sucesión del profeta Mahoma. Ante tantas adversidades, el emir omeya adoptó el título de califa a comienzos de 929. Así lo expresa una crónica de la época, que pone en boca del nuevo califa estas palabras:

"Hemos decidido que se nos llame con el título de Príncipe de los Creyentes. Además, hemos comprendido que despreciar ese título, el cual se nos debe, es abdicar de un derecho que nos pertenece y dejarse perder uan designación firme "

Abderramán III, que mantuvo relaciones con Bizancio y con el Sacro Imperio Romano Germánico, estuvo al frente del califato de Córdoba hasta su muerte, acaecida en 961. Le sucedió su hijo al -Hakam II, quién gobernó entre 961 y 976, período caracterizado por el predominio de la paz y el esplendor del arte y de la cultura.

Mas con el tercer califa, Hisham II, cuyo gobierno se extendió entre los años 976 y 1009, el fulgor de al -Andalus se ensombreció. El poder efectivo corrió a cargo de Ibn Abi Amir, que era como se llamaba Almanzor. Pertenecía a una familia originaria de Yemen que se había establecido en la zona de Algeciras a comienzos del siglo VIII. Realizó una carrera sorprendente en la corte de al-Hakam II, terminando por convertirse en protector del heredero del califato, Hisham II. Sus éxitos militares- lanzó devastadoras campañas militares contra los reinos cristianos del norte - y su fe religiosa elevaron su figura, lo que explica que, en el año 981, se le denominara " al-Mansur bi-Llah ", que significa "victorioso por Dios".

Almanzor pasó a ser una especia de dictador, relegando al califa a un papel meramente decorativo. Hisham II vivía recluido en su palacio, sin ejercer poder ninguno. Una crónica de la época se refiere a ello diciendo que "no tenía Hisham de la realeza otra cosa que la invocaicón de su nombre sobre los púlpitos en la oraciónl, y su inscripción en las monedas y banderas"

Una vez desaparecidos Almanzor e Hisham II ( en 1002 y 1009, respectivamente ), al-Andalus entró en la "gran fitna", una especi de guerra civil cuya conclusión fue el hundimiento del califato de Córdoba.




Revista National Geographic HISTORIA...