Cuento I
Había dos hermanos, uno de los cuales estaba al servicio del sultán y otro se ganaba el pan con el sudor de su frente. El rico le dijo a su hermano:
- ¿Por qué no entras a formar parte del servicio del sultán y así te librarás de los rigores del trabajo?
Él respondió:
- ¿Por qué no trabajas tú y te libras de la desgracia de tener que servir a otro?
Los sabios afirman: Es mejor comer pan de cebada y sentarse en el suelo que tener un cinturón de oro y ser un criado
Es mejor amasar cal con las manos que juntarlas para pedir misericordia a un amo.
Cuántas vidas preciosas se han gastado en: ¿Qué comeré en verano? ¿Qué vestiré en invierno?.
Oh, hombre insaciable! Conténtate con una hogaza de pan para que no tengas que inclinar la cabeza en señal de sumisión.
CuentoII
Un dervishe que había hecho voto de soledad se había retirado a un desierto cuando pasó un rey con su séquito. El dervishe, que se hallaba en estado de meditación contemplativa, no levantó la cabeza, ni siquiera se percató del cortejo. El monarca, aunque estaba de buen humor, se irritó contra él y dijo:
- Estos que visten el manto andrajoso son brutos como los animales y carecen de educación y humildad.
El visir reprendió al dervishe diciendo:
- ¡Oh dervishe! El sultán de toda la tierra acaba de pasar. ¿No vas a rendirle homenaje como es debido?
El dervishe respondió:
- Que el sultán busque homenajes en aquellos que esperan beneficiarse de su buena voluntad. Dile, además, que los sultanes se crearon para proteger a sus súbditos, y no los súbditos para servir a los reyes.
" El rey es el guardián de los pobres
aunque su reino sea espléndido.
Las ovejas no son para el pastor,
sino que el pastor está para cuidar a las ovejas.
Si ves a un hombre afortunado,
investiga a ver quién es desgraciado por su causa.
Espera unos días y el polvo habrá consumido el cerebro.
La diferencia entre soberanía y servidumbre no dura indefinidamente.
Cuando se haya cumplido el decreto del destino
y exhumen las cenizas de los muertos,
¿cómo distinguirás las del pobre de las del rico? "
El rey quedó impresionado por la sabiduría del dervishe y dijo:
- Pídeme un deseo.
El dervishe respondió:
- Lo que deseo de ti es que no vuelvas a molestarme.
- Dame, pues, algún consejo - dijo el rey.
El dervishe contestó:
- Ahora que tienes entre las manos el poder y la soberanía, recuerda que pasan de mano en mano.