Al-Malik
¡Exaltado sea Allah, el Rey verdadero! No hay más dios que Él, el Señor del Trono noble
Erase una vez un joven llamado Abdel Malik. Este joven nació en una humilde familia de sirvientes del rey de una gran ciudad. Cuando el joven Abdel Malik fue creciendo se fue interesando cada vez más por la figura del rey, ya que quería ser sirviente suyo en el futuro.
Lo primero que hizo fue investigar las hazañas de este gran rey a través de la historia, y sorprendido encontró:
- Al-Malik creó el Universo.
¡Wow! -dijo asombrado Abdel Malik-, es asombroso, ¡tantas estrellas! ¡tantos planetas! Al-Malik es realmente grande en poder.
Siguió investigando y encontró otra gran hazaña:
-Al-Malik creó al hombre, varón y hembra los creó.
-¡Fascinante!, las arterias, el corazón, los músculos... es realmente fascinante, no sólo eso, también el cerebro, los sentimientos, el cariño, la alegría, es realmente bonito... y también el alma... algo misterioso a la vez que... ¡fascinante! -repitió Abdel Malik, que estaba realmente sorprendido con tales descripciones.
A pesar de que pasó por alto otras creaciones de Al-Malik como la luz, o los ángeles, buscó más hazañas poderosas hasta hallar una que le fascinó, fue un momento histórico de aquella gran ciudad:
-Al-Malik se reveló a Su pueblo, con mano poderosa, les sacó de la esclavitud, y de la contaminación de los ídolos para servirle a Él solo.
-Más adelante, Al-Malik se reveló a la gran ciudad entera por medio del sello de los profetas, aunque no todas las personas eran conocedoras de estas hazañas, sólo Al-Malik sabía quiénes y en qué grado conocían estas hazañas y eran temerosas de Su gran poder.
Tras investigar estas hazañas, quiso conocer cómo era el Gran Rey, investigando encontró:
-Al-Malik es el Mas Misericordioso y Compasivo.
Abdel Malik sintió como si el Gran Rey abrazara su corazón, sintió mucho cariño y ternura al saber que el Gran Rey perdona los errores de Sus siervos, y siguió investigando:
-A Al-Malik servirás, ante Él te inclinarás y ante Él te postrarás.
Abdel Malik continuó investigando este asunto, unos de Sus siervos se inclinaban y postraban ante Al-Malik cinco veces al día, otros lo hacían tres veces al día y había quienes lo hacían ocasionalmente, tras investigar esto, quiso ser del grupo de quienes lo hacían cinco veces al día.
Inmediatamente después quiso preguntar a los mejores servidores del Gran Rey, cómo debía servir al Rey, tras preguntar a uno de ellos, éste le dijo:
-Para poder ver al Gran Rey debes estar limpio por fuera, pero también por dentro, ya que Al-Malik es también Al-Quddus y no acepta lo inmundo, la suciedad, y Al-Malik conoce a cualquier persona impura que ha podido evitar estarlo haciendo la ablución, también debes estar limpio de corazón, lo más limpio posible, ya que Al-Malik conoce al depravado e incrédulo de corazón, al impío y al transgresor, y ningún impuro de corazón puede ver al Gran Rey, y por cierto que es Al-Malik quien declara puro a quien Él quiere y nadie será tratado injustamente en lo más mínimo.
Otro de los siervos del Gran Rey dijo:
-Ante Al-Malik debes presentarte sumiso y humilde de corazón, ya que Él no acepta la arrogancia, rebeldía o altivez. Para ello debes mirar tus errores y no tus logros, y recordar los momentos en que te sentiste realmente desamparado sin la ayuda de Al-Malik, pero cuando recibas la ayuda de Al-Malik, pídele perdón y recuerda los momentos en que eras débil para que no diga tu corazón para sí mismo: esto lo logré yo. No, sino que fue Al-Malik quien te ayudó.
El tercer siervo que habló dijo:
-Ante Al-Malik te inclinarás y posteriormente te postrarás ante Él, tu rostro a tierra bajarás.
Al escuchar esto, Abdel Malik, sintió curiosidad por preguntar:
-¿Hacia donde debemos dirigirnos si no vemos Su rostro?
El tercer siervo respondió:
-Ciertamente el rostro de Al-Malik en la tierra no podrás ver, porque morirías, ya que Su rostro es infinita Luz, pero ante la presencia de Al-Malik debes dirigirte.
Abdel Malik preguntó:
-¿Dónde se encuentra la presencia de Al-Malik?
Ante lo cual respondió el tercer siervo:
-De Allah son el Oriente y el Occidente. Adondequiera que os volváis, allí está la faz de Allah. Allah es inmenso, omnisciente.
Al escuchar esto, Abdel Malik preguntó:
-¿Por qué unos de Sus siervos vuelven sus rostros hacia la mezquita sagrada?
El tercer siervo respondió:
-Todos tienen una dirección adonde volverse. ¡Rivalizad en buenas obras! Dondequiera que os encontréis, Allah os juntará. Allah es omnipotente.
Vengas de donde vengas, vuelve tu rostro hacia la Mezquita Sagrada. Ésta es la Verdad que viene de tu Señor. Allah está atento a lo que hacéis.
Tras entender todas las cosas que estos siervos le dijeron, se atrevió a preguntar:
-¿De qué otra manera puedo servir al Rey Verdadero?
Un cuarto siervo de Allah respondió:
-Comparte las bendiciones de las cuales Al-Malik te hizo su temporal poseedor, comparte tus bienes con los más necesitados que tu, comparte tu conocimiento con los más ignorantes que tu, comparte tu amor con las personas faltas de cariño, comparte tu felicidad sonriendo, saludando, bendiciendo y apoyando.
El cuarto siervo quiso que Abdel Malik fuese un buen siervo de Al-Malik y le contó varias historias:
-Los reyes de la tierra son temporales, así como sus reinos son reducidos y temporales, el reino de Al-Malik es infinito y eterno, Él por siempre vive.
-Muchos reyes de la tierra han sido tiranos y opresores, Al-Malik es Compasivo y Misericordioso, y Perdona muchas faltas a Sus siervos.
-Muchos reyes de la tierra han sido injustos y corruptos, Al-Malik es el Rey Justo, y Él será el Juez de toda la tierra tras el día del levantamiento y por cierto que Allah no ama la corrupción.
-La mayoría de los reyes han vestido las mejores ropas y han sido adornados de las mejores joyas, pero Ciertamente Allah no observa (considera) vuestros cuerpos o vuestros formas, sino que observa vuestros corazones.
Abdel Malik estaba muy feliz por todo lo que había aprendido y ahora sus ganas por ser siervo del Rey eran mayores, tras investigar, ya sabía cómo hacer para servirle con humildad y constancia, con paciencia y confianza.
Y cada vez que veía o escuchaba algo que le hacía recordar a su Rey y Dueño, decía:
¡Exaltado sea Allah, el Rey verdadero! No hay más dios que Él, el Señor del Trono noble.
Sagrado Corán 23:116