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domingo, 30 de marzo de 2014

Poetas andalusies. al Batalyawsi y al-idrisi

Abû Muhammad ‘Alî ibn al-Sîd al-Batalyawsî. Poeta y filósofo. Nació, como su nombre indica, en Badajoz en el año 1052. Murió en 1127
Vino al mundo durante el reinado del tercer rey de la breve dinastía de los Banû al-aftas al-Muzalfar, que tanto hicieron florecer las letras en aquella corte, hasta el punto que el propio príncipe las cultivó con singular destreza.

Con motivo de la atmósfera de violencia que se respiraba en la corte, debido a la lucha con el vecino reino de Sevilla y a las continuas presiones del rey castellano Fernando I, se trasladaría a la corte granadina de ‘Abd al-Mâlik ibn Razîn. Saldría de las brasas para meterse en el fuego.

Pronto se acercaría la plaga de la guerra al reino de Granada: primero en conflicto con los cristianos del Cid, después contra los almorávides de Yûsuf, que finalmente se apoderarían de la ciudad en 1103. Previniendo la hecatombe, nuestro autor huyó a Toledo, capital de la marca de Al-Mussât, poniéndose a las órdenes de su rey Al-Ma’mûn. Más tarde, se trasladaría a Zaragoza, una de las capitales más importantes de Al-Ksark, y donde sostuvo agrias polémicas gramaticales y dialécticas con Ibn Bâyya (Avempace) que expondría en su obra El Libro de las cuestiones (Kitâb al-Masâiil). Por aquel mismo año se dio la batalla de Valtierra, que ganaría Alfonso VI, el batallador, perdiendo en ella la vida Al-Musta’in, rey de Zaragoza, cayendo la marca ocho años más tarde en poder de los cristianos.

Buscando refugio, Al-Batalyawsî se trasladó a Valencia, que estaba en manos de los almorávides al igual que Al-Andalus, dedicándose a redactar sus obras y a impartir lecciones a sus numerosos discípulos.

Quizás su trabajo más importante sea el Libro de los cercos (Kitâb al-Hadâ’ik), que es un manual para que el profano pueda iniciarse en la doctrina de los filósofos. Se trata del primer intento de armonizar el conocimiento  islámico con el pensamiento griego: Aristóteles y Platón. Se compone de siete capítulos, dedicando los seis primeros a las tesis de los filósofos islámicos, mientras que el último trata de la inmortalidad del alma. Entre otros temas, aborda el problema del origen del mundo, de los atributos de Allah (s.w.t), etc. De lo difundida que sería la obra nos habla el hecho de que fuera traducida al hebreo por Mosé b. Tibbón (1240-1283). Existe una edición y traducción castellana, realizada por Asín Palacios en la revista Al-Andalus, V (1940).

Su producción poética y filosófica fue extensísima, sobresaliendo, al margen de la obra ya citada, el Libro de la Improvisación (comentario a los poemas de Al-Mutanabbî), y el Libro de los Nombres.

Abu Abd Allah Muhammad al-Idrisi(1100-1166)

Al-Idrisi nació en Ceuta , entonces perteneciente al imperio almorávide, de una familia noble de origen andalusí, relacionada con los Idrisíes de Málaga (era bisnieto de Idrís II, rey de la taifa de Málaga). La ciudad de Ceuta "Un lugar donde las ciencias han encontrado su sede". Así calificó a esta ciudad Al-Bakri, haciéndose eco de su prestigio cultural. Según Al-Ansari, existían sesenta bibliotecas, alguna con más de tres mil volúmenes, y dos madrasa. Ceuta en esa época tenia un intenso y activo comercio librero,  un floreciente desarrollo de la artesanía del papel y de una activa escuela de copistas que alcanzaría  general reconocimiento. Al-Idrisi comenzó sus formación en su ciudad natal, continuando después en Córdoba, uno de los grandes focos culturales del Islam occidental. Sabemos de su estancia en Córdoba  por su detallada y entusiasta descripción de esa ciudad en su geografía. Por este trabajo sabemos que conocía bien su país, Al-Andalus.
Al-Idrisi fue el principal geógrafo  medieval de su época, y recopiló una cantidad de información geográfica incomparable. Además sostuvo la teoría de la esfericidad de la Tierra, y aunque sus mapas tenían forma de disco, explicó que el disco meramente simbolizaba la forma del mundo: "La tierra es redonda como una esfera, y las aguas se adhieren a ella y se mantienen en ella a través de equilibrio natural que no sufre variación".

Su relato de la travesía de la Maghrurin u "Hombres engañados" de Lisboa en el Atlántico  influyó probablemente en las travesías posteriores de españoles y portugueses  hacia América y alrededor de África , respectivamente.

En 1139. entró al servicio de Roger II, rey de Sicilia , su primer encargo para el rey normando  fueron una esfera celeste y un disco que representa el mundo conocido de su tiempo, ambas en plata. Roger II  quería una descripción del mundo. Al-Idrisi no se limito a consultar lo recogido por otros como fueron dos geógrafos de la era preislamica: Paulo Orosio, de origen peninsular (ispano) cuya historia popular, escrita en el siglo V, incluía un volumen de geografía descriptiva, y Ptolomeo , el mayor de los geógrafos clásicos, cuya Geografía, escrita en el segundo siglo,  había sido perdido totalmente para Europa, pero se había conservado en el mundo musulmán en una traducción árabe.

Su método de trabajo, aparte de la visita directa a los lugares descritos, fue, tras el examen en detalle de la distribución geográfica de las obras reunidas por el rey de Sicilia. Sicilia, como isla del Mediterráneo central y lugar comercial por excelencia, constituía un lugar ideal para la investigación por sus puertos y población cosmopolita. Durante años cada vez que un buque atracaba en Palermo, Mesina, Catania o Siracusa  interrogaba a su tripulación y pasajeros acerca de los lugares que habían visitado: ¿Cuál es el clima del país, sus ríos y lagos, las montañas, las configuraciones de las zonas costeras y el suelo? ¿Cuál de sus carreteras, edificios, monumentos, los cultivos, la artesanía, las importaciones, las exportaciones y las maravillas? ¿Cuáles son, finalmente, su cultura, la religión, las costumbres y el idioma? Además de ello se enviaron expediciones científicas a las zonas en que se carecía de información, dibujando lo más memorable de las tierras visitadas.

En 1154  confeccionó un gran mapa del mundo, orientado en sentido inverso al utilizado actualmente (el norte abajo y el sur arriba), conocido como la  Tabula Rogeriana, acompañado por un libro, denominado Geografía  . El rey siciliano dio a estas obras el nombre conjunto de Nuzhat al-Mushtak, aunque Al-Idrisi las bautizó como Kitab Ruyar ("El Libro de Roger").

El Libro de Roger,  muestra el mundo dividido en siete regiones climáticas, facilita las distancias entre las ciudades principales y describe las costumbres, las personas, productos y clima del mundo conocido. Aunque la obra contenía múltiples defectos y errores de bulto, vista en su conjunto es un auténtico monumento geográfico que sirvió de guía imprescindible para los trabajos de los posteriores geógrafos. La obra tuvo tal éxito que se hicieron múltiples traducciones, copias parciales y síntesis de la obra, todo ello en fechas tan dispares como 1592, 1619, 1796 y 1901.

En 1161, Al Idrisi realizó una segunda edición ampliada, con el notable título de Los jardines de la humanidad y el entretenimiento del alma, pero todas sus copias se perdieron. Una versión abreviada de esta edición, llamada Jardín de los Gozos, aunque más conocida como Pequeño Idrisi, se publicó en 1112 .

No existe constancia acerca del lugar ni la fecha de su muerte, polifacético hombre de ciencias. musulmán convencido al servicio de un rey cristiano. autor de una investigación de increíble modernidad en métodos y objetivos, Al-Idrisí resumen en su biografía los conflictos y contradicciones del mundo mediterráneo del siglo XII.