Alfonso V de León, llamado el Noble o el de los Buenos Fueros (c. 994-Viseu, 1028). Rey de León desde 999 hasta su muerte.
Reinado
Sucedió a su padre Bermudo II a la edad de tres años,1 quedando bajo la tutela de su madre Elvira García y de su ayo, el conde Menendo González, nieto de Hermenegildo González, quien se encargó de su crianza en Galicia, según lo recordará el rey Alfonso años más tarde cuando se refiere a él como «Menendo, duque de Galicia, que era mi vicario y mi ayo nutricio». La mayoría de los documentos de Alfonso durante los primeros años de su reinado los otorgó estando en Galicia. Uno de los hijos de su ayo, Ramiro Menéndez fue su armiger regis.
Alfonso V llegó a a la mayoría de edad en el año 1017, heredando un reino lleno de inestabilidad política. Su madre Elvira García, hasta entonces regente, y los tres nobles más importantes del reino desaparecieron del mapa en ese mismo año: el conde de Castilla, el jefe de los Banu Gómez y el conde gallego Menendo Rodríguez, que habían sido fuente de problemas en la regencia anterior. Alfonso V quería dar un giro a la administración y para eso necesita primero un nuevo marco jurídico.
Así, en 1017, en una reunión de la curia regia, se promulgó el Fuero de León, que se ha calificado como la sanción jurídica del feudalismo leonés. Con ella se buscaba poner fin a los desórdenes de la etapa anterior y recuperar el poder real. Reciben el nombre de «Fuero de León» un conjunto de preceptos decretados por el rey de León Alfonso V en un concilium reunido en la catedral de León en el año 1020. A estos veinte preceptos se les añadieron otros veintiocho que regulaban la vida local en la ciudad de León.
Alfonso reconstruyó la ciudad de León que había sido dañada por los ataques de Almanzor
Matrimonios e hijos
Se casó por primera vez en el año 1013 con Elvira Menéndez, hija de su ayo el conde Menendo y de su esposa Muniadona, nieta por parte paterna del conde Gonzalo Menéndez «Dux Magnus de Portugal» y de la condesa Ilduara Peláez. Nacieron dos hijos de este matrimonio:
Bermudo III de León (1017-1037), rey de León desde el año 1028 al 1037.
Sancha de León (1016-1067), esposa del rey Fernando I de León, hijo de Sancho Garcés III de Pamplona.
Elvira falleció el 2 de diciembre de 1022, y el año siguiente Alfonso contrajo un segundo matrimonio, entre mayo y antes del 13 de noviembre de 1023, con Urraca Garcés, hija del rey García Sánchez II de Pamplona, y hermana del rey Sancho el Mayor a pesar de los lazos de consaguinidad ya que ambos, eran descendientes del conde Fernán González. De este segundo matrimonio nació:
Jimena Alfonso, quien antiguos autores dicen que contrajo matrimonio con el conde Fernando Gundemáriz, aunque historiadores modernos sostienen que la esposa del conde Fernando Gundemáriz fue Sancha Ordóñez.
Muerte y sepultura
Falleció sitiando la plaza de Viseu, en Portugal en 1028. Su cadáver fue llevado a la ciudad de León y sepultado en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León, en compañía de sus padres. El sepulcro de piedra en el que fue depositado el cadáver del rey se conserva en la actualidad y en su cubierta aparece esculpida la siguiente inscripción latina:
H. IACET ADEFONSUS QUI POPVLATIT LEGIONEM...ET DEDIT BONOS FOROS ET FECIT/ECCLESIAM HANC LVTO ET LATERE. HABVIT PRAELIA CUM/SARRACENIS, ET INTERFECTUS,EST SAGITTA APUD VISEUM/PORTUGAL FUIT FILIUS VEREMUNDI ORDONII/OBIIT ERA M SEXAGESIMA QUINTA III NAS M.
Bermudo III (o Vermudo III) de León (10171 –1037), Rey de León (1028–1037), como hijo y sucesor de Alfonso V, fue el último rey de León de la dinastía astur.2 Después de su muerte en la Batalla de Tamarón, le sucedió en el trono su cuñado, último conde de Castilla, Fernando I, esposo de su hermana Sancha.
Biografía
Subió al trono con tan solo once años y su primera aparición en la documentación fue el 15 de noviembre de 1028 cuando hizo una donación a la iglesia de Santiago y a su obispo Vistruario, su padrino. Durante su reinado, el Reino de Pamplona alcanzó su máximo esplendor bajo Sancho III el Mayor, con cuya hija, Jimena Sánchez, se casó Bermudo III.
Urraca, madrasta del joven rey, se hizo cargo de su tutela durante su minoría de edad así como de algunas posesiones que el rey Alfonso V había entregado a varios nobles que se negaron a jurar fidelidad al nuevo rey. Tal fue el caso del conde Oveco Rudesíndiz cuya rebeldía fue sofocada al poco tiempo y sus bienes entregados al obispado de Lugo.
La reina viuda Urraca dirigió la política del reino leonés apoyando al grupo nobiliario partidario de su hermano el rey de Pamplona, Sancho Garcés III el Mayor, política que era del desagrado de los condes castellanos que buscaron un acercamiento al reino de León para contrarrestar la influencia creciente del rey pamplonés y promovieron el matrimonio del conde de Castilla, García Sánchez con Sancha, hermana de Bermudo III.
El acontecimiento que marcó el reinado de Bermudo fue un suceso, que se relata en el Romanz del Infant García, que tuvo lugar en la capital del reino, la ciudad de León en 1028 cuando el conde castellano García Sánchez acudió a dicha ciudad para celebrar los esponsales con Sancha, la hermana de Bermudo III. Una vez allí, fue asesinado por integrantes de la familia Vela en venganza de una afrenta infligida por su padre el conde Sancho García. Como el conde castellano murió sin descendientes, el rey Sancho Garcés III invadió el territorio castellano para tratar de hacer valer sus derechos sobre él, obtenidos por su matrimonio con Muniadona, hermana del fallecido, y conquistó las tierras comprendidas entre los ríos Cea y Pisuerga. Al mismo tiempo, ejecutó a los Vela. Al final, el hijo del rey Sancho Garcés, Fernando heredó el condado de su madre Muniadona.
Cuando Bermudo III alcanzó la mayoría de edad en 1032 trató de recuperar los territorios del Reino de León conquistados por el rey de Pamplona, pero no tuvo éxito. Lo intentó de nuevo mediante el matrimonio de su hermana Sancha con Fernando I, pero tampoco lo logró. Más bien al contrario, ya que Sancho Garcés III invadió su territorio y conquistó Astorga y León, quedándole apenas el territorio del Reino de Galicia; ni Astorga ni León serían recuperados hasta la muerte del rey pamplonés.
Posteriormente, y tras una dura lucha, reconquistó las tierras situadas entre los ríos Pisuerga y Cea.
Se enfrentó a su cuñado, el conde de Castilla y después rey de León, Fernando I, en la Batalla de Tamarón cuando intentaba ocupar la Tierra de Campos. Según se relata en la Crónica Silense y del Tudense, el rey Bermudo y su ejército cruzó la frontera de Castilla «o sea la línea del Pisuerga, y en la cuenca de aquel río, en el valle del Tamarón, arroyo situado al este de Castrojeriz (...) se enfrentaron los leoneses con el ejército navarro castellano...» Bermudo «incitó a su caballo, famoso por su ligereza, del que los cronistas han dejado su nombre, 'Pelayuelo'...» y se lanzó contra el enemigo, pero al encontrarse solo, sin defensa de sus fieles que no lograron alcanzarle, cayó víctima al ser alcanzado por una lanza. El trono pasó a manos de su hermana Sancha, que cedió sus derechos a su marido, el cual subió al trono como Fernando I de León.
" La muerte de Vermudo entrañaba el rompimiento de la línea dinástica de la monarquía, un bien sagrado e intangible que la tradición leonesa consideraba vinculada a sus varones y a la continuidad de su sangre, ennoblecida a su vez durante más de un siglo por esclarecidas figuras casi míticas como Ordoño II o Ramiro II. "
Fernández del Pozo (1999), p. 267
Matrimonio y descendencia.
Contrajo matrimonio antes del 17 de febrero de 1035 con Jimena Sánchez, hija de Sancho Garcés III de Pamplona. Fruto de este matrimonio nació un único hijo, Alfonso, que falleció a los pocos días de nacer.
Sepultura
Existe controversia sobre el paradero final de los restos mortales del rey Bermudo III de León, pues existen dos lugares en los que se argumenta que el soberano leonés recibió sepultura; el Panteón de Reyes de San Isidoro de León y el Monasterio de Santa María la Real de Nájera. En el Panteón de Reyes de San Isidoro de León se conserva un sepulcro de piedra, en el que aparece esculpido un epitafio con su nombre.
Por otra parte, en el Monasterio de Santa María la Real de Nájera se conserva un sepulcro con estatua yacente, en el que la tradición sostiene que fue depositado el cadáver del rey Bermudo III. Según esta versión, después de la Batalla de Tamarón, el rey Fernando I, que no deseaba apenar a sus nuevos súbditos leoneses, decidió que el cadáver de su difunto rey fuese enterrado en el reino de Pamplona, depositándose primero en el Monasterio de Santa Hilaria y posteriormente, en el Monasterio de Santa María la Real de Nájera, uno de los principales panteones de los reyes de Navarra. En el sepulcro que se supone que contiene los restos del rey Bermudo III, aparece representada sobre su tapa la imagen yacente del rey, vestido con coraza, cubierto con un manto, y ceñida la frente con una corona real. El yacente se muestra con barba, y con las manos colocadas sobre el pecho, y en los pies del sepulcro, aparece esculpida la inscripción: EL REY DON VERMUDO DE LEÓN.