Muhammad ibn Massarra (Córdoba (España), 883 - 931) fue uno de los primeros maestros del pensamiento y la filosofía en el mundo islámico en Al-Ándalus, partiendo de presupuestos del conocimiento del islam y la filosofía, de acuerdo con las formas gnósticas y unitarias.
Vino al mundo en una época de importantes cambios en Al-Andalus, los cuales le influyeron profundamente en los fundamentos de sus reflexiones.
En su juventud se rodeó de importantes amistades. Su padre, , Abu Muhammad Abdalah,, aficionado al marazilismo , era un importante comerciante, le introdujo en los estudios de filosofía.
La esencia de lo heterodoxo que impregnaba todas sus enseñanzas hizo nacer peligrosos recelos entre los pensadores más conservadores, originando enfrentamientos con Massarra que terminaron cuando marchó de viaje a Oriente, bajo el pretexto de una peregrinación a la Meca.
Entre otras tantas acusaciones que a sus enseñanzas se le hicieron, especialmente se le atribuye la herejía mu'tazili, que atribuye la libertad humana, la causalidad de todos los actos y que niega, al mismo tiempo, la existencia del infierno; todo ello, unido a la conflictiva situación por la que atravesaba el emirato cordobés debido a la revuelta de Ibn Hafsûn, que originaría la condena del emir, lo que motivaría, su huida de Al-Andalus, so pretexto de una peregrinación oficial a La Meca acompañándole en el viaje dos de sus más fieles discípulos.
En tiempos de Abderramán III, tras la revolución islámica, volvió a Córdoba, pasando el resto de su vida en un retiro de la Sierra, dedicándose a difundir sus conocimientos a un grupo de selectos alumnos...
Así continuó exponiendo su pensamiento a los iniciados que formaban parte de su escuela Uno de ellos, Ibn Abd al-Mâlik, se las ingeniaría para escribir una copia subrepticia de la obra de su maestro, que más tarde publicaría, originando ésta una grave denuncia de herejía por parte de los faquíes mas ortodoxos, aunque no hay constancia de que fuera condenado.
La obra de Ibn Massarra no sólo sería polémica en Al-Andalus; transcendió a todo el mundo árabe. Su obra, como tal no ha llegado, pero sin embargo, conocemos el título de dos de sus importantes escritos: Libro de la explicación perspicua y Libro de las letras, en los cuales expone y defiende su sistema, bajo la apariencia musulmana del motazilismo y del sufismo batimí.
En su intento de explicar el origen del mundo y las cosas a partir de la materia original, Ibn Massarra haría uso de la conocida parábola de los polvitos solares, que se remontan a Alí, yerno del profeta, que haría precipitar en el Islám gran parte de las fórmulas filosóficas y sufíes. Esta parábola dice que sin la irradiación del Sol, que cae sobre las partículas de polvo suspendidas en el aire, éstas no podrían aparecer visibles, y sin las partículas de polvo los propios rayos solares no se distinguirían en el aire; éstas se corresponden a la materia original que, en sí, sin el reflejo de los rayos del Sol, a imagen de la luz divina, carecerían de entidad.
Gracias a esta parábola, la doctrina de la materia original recibe un sentido que va mucho más allá del horizonte exclusivo de la filosofía, en cuanto está se halla ligada al pensamiento deductivo. En última instancia, la parábola de las partículas de polvo iluminadas por el sol se refieren al concepto del conocimiento de la unidad e indivisibilidad de Alá. Importante cuestión ideológica que conllevaría las sucesivas transformaciones políticas y culturales que darían como logro la revolución de los andalusíes en Al-Andalus.
A nivel ideológico, era la pugna entre la concepción unitaria de Alá y de la división trinitaria de Dios cristiana. Así pues, en el pensamiento de Ibn Massarra vemos la imagen de un andaluz unitario inserto en la vorágine de los acontecimientos revolucionarios islámicos que, por su nombre, ya es un fiel reflejo de la arabización y la islamización de la Bética, y que en su pensamiento deductivo ha traspasado el simple campo del gnosticismo hacia una comprensión intelectual del islam.
Ibn Masarra murió a los 48 años, el día 20 de octubre del año 931. No tuvo hijos.