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lunes, 29 de julio de 2013

Personalidades en el mundo de al-hakam II : Subh y Galib

SUBH

Subh umm Walad (Subh es aurora, amanecer u oración de antes de la salida del sol; umm Walad es la madre de los hijos del señor) fue esclava, luego favorita del segundo Califa cordobés Alhakén II y madre del tercer Califa Hixem II. Nació probablemente en la década de 940 y murió hacia 999.1 En el reino más poderoso de la época fue la mujer más influyente en los últimos años del siglo X. De origen vasconavarro, fue traída al Califato en su infancia y elevada a favorita por el Califa haciéndola la sayida del alcázar o señora y dotándola de un gran patrimonio.
A la muerte de Abderramán III, heredó su hijo Alhakén II que no tenía descendencia y posteriormente Aurora le dio dos hijos varones: Abd al-Rahman (nacido en 961 y fallecido en 970) e Hixem (nacido en 965) que reinará como tercer califa bajo el nombre de Hixem II entre 976-1009 y 1010-1013.
Como integrante del harén, Aurora tenía su vida muy restringida como era habitual en el Califato de Córdoba, pero por tolerancia del Califa como recompensa por haberle dado dos hijos, le permitía deambular fuera de Medina Azahara en ocasiones vestida de varón, usando el nombre masculino que le dio Alhakén II de Chafar, y la colma de regalos y atenciones.2
Aurora maniobró a la muerte de Alhakén II en 976 para que su hijo Hixem II de 11 años reinase en el califato, pues el hijo mayor había fallecido. La sayida se alió con el visir Yafar al-Mushafi y con Almanzor, que ejercía como administrador del patrimonio del heredero y, según las fuentes locales, era posiblemente amante de Aurora. Con una gran profusión de dádivas atrajo hacia el partido de Hixem II a los miembros más importantes de la familia y aristocracia califal. El asesinato del rival de Hixem II, que era Al Muguira, hermano del fallecido Alhakén II, allanó el camino de aquél hacia el trono.
Aurora protegió la vida y el reinado de su hijo controlando internamente las rencillas que ocurrían en Córdoba para destronarle. Para ello se valió de su protegido y aliado Almanzor, al que contribuyó a aupar al mando superior del califato. Consolidada la persona de Almanzor por las victorias militares, éste dejó al joven Califa como un monarca de poder no efectivo, sólo nominal, dedicado a la oración y el retiro. Aurora montó otra alianza hacia 997 para desplazar a Almanzor y recuperar el poder para su hijo, pero falló su estratagema y Almanzor salió reforzado.

GALIB

Galib Abu Temman Al-Nasir (?- 981) fue poderoso y exitoso jefe militar del Califato de Córdoba. Sirvió a los tres primeros califas, pues fue liberado de la esclavitud durante el reinado de Abderramán III, llegó a su máximo prestigio con Alhakén II y falleció durante el mandato del tercer califa Hixán II. Citado como General Galib, en los Anales del Califato1 lo alaban como hombre de acción, temeroso de Dios, fiel a su señor el Califa y respetuoso con los vencidos, mostrando hacia ellos lo que en la época y en la cristiandad se denomina actitud caballerosa.

En tres frentes destacó Galib, en primer lugar sobre todo luchó y protegió la frontera norte contra las incursiones de los reyes cristianos, en segundo lugar, contuvo el avance de las fuerzas califales de la dinastía fatimita que dominaba el Norte de África y por último, al mando de la armada califal protegió las costas de las invasiones normandas (danesas).
Efectivamente al final de su reinado, el califa Abderramán III envió una poderosa flota al mando del general Galib para evitar la pérdida de las plazas de Norte del Magreb, como Ceuta y Tánger en poder del Califato Fatimí que poseía el norte de África desde el año 909 al 1171.
A su regreso en 960, Galib conquistó Gormaz a Fernán González, (Conde de Castilla) y mandó reconstruir la fortaleza en 965.
El año 972, el Califa Alhakén II le envió con la flota a combatir una invasión danesa de 28 naves que derrota desde Silves, (Shilb) en la desembocadura del río Arade, en el Algarve.
En los años 973 y 974 se adentró en el Magreb donde combatió con el cabecilla de la rebelión contra el califato cordobés,

Disensiones en el califato
A la muerte del califa Alhakén II en 976, es proclamado califa su hijo Hixem II con el apoyo de su madre la sultana Subh (que se llamaba Aurora pues había nacido cristiana, en una casa noble y entregada como esclava al califa por un enemigo de su padre) . La autoridad pasó al ministro Abd Al–Rahman Ibn Mutarif, con el apoyo del general Galib y el ascenso en influencia de Almanzor. Para solidificar la relación entre el Galib y este último, en 977 (16 de agosto) se celebró la fastuosa ceremonia, sin parangón en el califato, del matrimonio entre Almanzor y Asma la hija del general Galib. El ascenso político de ambos permitió que Asma pudiera romper su compromiso con un cortesano del califato, para desposar al más poderoso Almanzor. Tanto Galib como Almanzor son nombrados hayib (chambelán), que en el califato equivale a ministro principal, marchando el general Galib a la frontera norte y Almanzor permaneció en Córdoba.

Medinaceli fue el último bastión de Galib, desde donde combatió y perdió su pugna con Almanzor.
Pronto surgen las disenciones entre el suegro y el ambicioso yerno, que se manifestó cuando Almanzor en 978 es nombrado emir (gobernador general de Al–Andalus), lo que equivalía de facto a ostentar el poder supremo sólo nominalmente dependiente del Califa Hixem II. Por la enemistad surgida, el general Galib hubo de refugiarse en Medinaceli (Madinat Salim). Galib intentó recuperar Gormaz, que era fiel a Almanzor, para lo que se alió con el Conde de Castilla García Fernández y con el rey Sancho Garcés II de Navarra, pero todos ellos fueron derrotados en Rueda por Almanzor. Galib murió el 981 guerreando contra las tropas de Almanzor, en Torrevicente (actual Soria) –cerca de Atienza –. Aún siendo su ejército superior fue vencido, pues Galib cayó del caballo y se golpeó en la cabeza, siendo abandonado por sus tropas.
Almanzor mandó cortar su cabeza y exponerla en la puerta del palacio de Córdoba. Ya sin oponente, Almanzor recuperó Medinaceli, a la que convirtió en la cabecera para sus razzias.