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martes, 26 de noviembre de 2013

Califas: Alí ben Hamud al-Nasir, Abderramán IV y Al-Qasim al-Mamum

Alí ben Hamud al-Nasir (en árabe: الناصر علي بن حمود ). Sexto califa del Califato de Córdoba, primero perteneciente a la dinastía hammudí, desde 1016 a 1018.
Fue nombrado gobernador de Ceuta por el califa Sulaiman al-Mustain, dentro de su línea política de distribuir el gobierno del califato entre las distintas familias con influencia para así acabar con la anarquía en que se hallaba sumido el reino. Alí ben Hamud pronto fijó su objetivo político en hacerse nombrar califa, para lo cual no dudo en presentarse como descendiente directo de Alí, el yerno de Mahoma.
Tras desembarcar en Algeciras y apoderarse de Málaga, se dirigió a Córdoba, conquistándola el 1 de julio de 1016. Tras decapitar a Sulaiman, se proclamó califa adoptando el título de al-Nasir li-din Alláh (el defensor de la religión de Alá).
Su política de estricta observancia de las leyes, junto al trato igualitario dado a las distintas etnias dominantes en el califato, hizo que fuera inicialmente aceptado por el pueblo. Pero la aparición en escena de un pretendiente al trono en la figura del omeya Abderramán IV, hizo que el hasta entonces prudente Alí ben Hamud buscase apoyo entre los bereberes y se apartase tanto de árabes como de eslavos. Ello hizo que perdiera la aceptación popular de la que había gozado hasta entonces y fuese asesinado el 22 de marzo de 1018.
A su muerte, y junto a Abderramán IV, surgió otro pretendiente al trono: el hermano de Alí ben Hamud y gobernador de Sevilla, Al-Qasim al-Mamun.
Como sucesor de Alí se considera a Abderramán IV quien, aunque fue proclamado califa el 29 de abril de 1018, nunca llegó a penetrar en Córdoba para hacer valer sus pretensiones, por lo que su califato fue exclusivamente nominal.

Abderramán IV(en árabe: عبد الرحمن بن محمد)
De nombre completo Abd al-Rahman ben Muhammad ben Abd al-Malik, séptimo califa cordobés de al-Andalus. Era hijo de Muhammad y nieto de Abd al-Malik, uno de los hijos de Abd al-Rahman III. Por tanto, era bisnieto del célebre primer Califa.
Nació en Córdoba aunque la fecha está sin determinar.
Al iniciarse las luchas por el poder en tiempos del Califa Hisham II, se retiró de la corte cordobesa.
El príncipe Omeya fue rescatado de su dorado exilio valenciano por Jayran de Almería y por el tuchibí Mundhir ben Yahya de Zaragoza, los cuales le pusieron a la cabeza de los ejércitos sublevados del este peninsular con el objetivo de derrocar a la dinastía hammudí reinante en Córdoba.
Abd al-Rahman también contó con la colaboración de un importante contingente de tropas aportadas por el conde de Barcelona.
Las fuerzas rebeldes se concentraron en Játiva, lugar al que acudió el pretendiente omeya para encabezar el grueso del ejército que debía dirigirse a Córdoba, pasando primero por Jaén para conquistarla y establecer una cabeza de puente que controlara los accesos y rutas hacia el sur.
Al frente de un poderoso ejército, cuando Abderramán se disponía a marchar contra Córdoba, tras haber conquistado Jaén, conoció la noticia de que Alí ben Hamud había sido asesinado y que sus partidarios habían reclamado al hermano de este, que ejercía de gobernador de Sevilla, para que ocupara el trono vacante.
Los seguidores de los Omeyas reaccionaron, proclamando a Abderramán como Califa, que adoptó el título de al-Murtada (El que goza de la satisfacción divina). Era el 29 de abril de 1018.
Abderramán IV no resultó ser, sin embargo, el gobernante manejable que sus patrocinadores habían creído...
Proclamado califa no llegó a reinar. Los mismos que le habían encumbrado, aprovechando el ataque que las tropas Omeyas realizaban contra Guadix, lo traicionaron, y tras ser derrotado en el campo de batalla, fue asesinado.
Al Murtada es alabado por sus virtudes, por su austeridad... se dice que nunca vistió de seda.
De su familia se conocen dos hermanos, al Hakam, el ciego y Hisam III. Este último, después de la batalla de Granada, en la que también participó, se refugió en Alpuente, donde residió acogido por el emir Abd Allah ibn Qasim hasta 1029, aunque en 1027 había sido proclamado califa con el nombre de al Mutadd.


Al-Qasim al-Mamum (en árabe: المأمون القاسم بن حمود ). Octavo califa del Califato de Córdoba, segundo perteneciente a la dinastía hammudí, entre 1018 y 1021 y en 1023.
Primer califato
Gobernador de Sevilla, durante el vacío de poder producido tras el asesinato, el 22 de marzo de 1018, de su hermano el califa Alí ben Hamud al-Nasir, sus seguidores le hicieron acudir a la ciudad de Córdoba y lo proclamaron nuevo califa asumiendo el título de al-Mamum (el que inspira confianza). Simultáneamente, los omeyas proclamaban califa a un miembro de su familia, Abderramán IV, quien al frente de un poderoso ejército se puso en marcha hacia la capital califal.
Este primer escollo en el reinado de Al-Qasim se solucionó cuando Abderraman fue traicionado por sus aliados y encontró la muerte en el asedio a la ciudad de Guadix. Ello le permitió gobernar durante tres años en una relativa calma, hasta que, en 1021, su sobrino Yahya al-Muhtal reclamó el trono alegando ser el legítimo heredero de su padre, el anterior califa Alí ben Hamud al Nasir, y al frente de un ejército se dirigió a Córdoba.
Al-Qasim, sin el apoyo bereber que hasta entonces lo había mantenido en el trono, abandonó la capital califal y se refugió en Sevilla, lo que permitió a Yahya proclamarse califa (13 de agosto de 1021).
Durante poco más de un año coexistieron dos califas, uno en Córdoba y otro en Sevilla, pero la incapacidad de Yahya para sofocar las continuas rebeliones que se produjeron en su corte le obligó, en febrero de 1023, a abandonar su capital y a dejar libre el camino a su tío Al-Qasim, que así pudo regresar a Córdoba y recuperar el califato.
Segundo califato
El segundo periodo como califa sólo se extendió hasta agosto de 1023, cuando Al-Qasim, ante la sublevación de los cordobeses por su mal gobierno, se vio obligado a refugiarse en Jerez, dejando Córdoba nuevamente en manos de su sobrino Yahya. Tras ser hecho prisionero y encarcelado en Málaga, falleció unos años después.